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Nahuel Amarilla: “River es la Meca del Rock”

Por Leonardo Altamirano y Nadia Fazzari.

Nahuel Amarilla, cantante de La Perra Que Los Parió, va a cumplir en pocos días el sueño de miles de músicos argentinos: tocar en el estadio River Plate. La banda teloneará a La Beriso el 17 de diciembre. El guitarrista también recorrió junto a De Lirios y Hurones, su relación con la banda de Rolo Sartorio, su participación en el Sindicato Argentino de Cantantes y la ardua carrera de La Perra Que Los Parió (LPQLP). La charla con “El Viejo”, como es llamado Amarilla por todos sus seguidores, transcurre en un bar a metros de la estación de Once, plena ciudad de Buenos Aires, y a escasos metros del santuario a las víctimas de Cromañón.

-¿Cómo fue el momento en el que te enteraste que ibas a tocar en River con La Beriso?

-Me acuerdo de que estaba saliendo de la facultad, fue un momento en que me quedé atónito. Me llamó Rolo directamente para comentarme y preguntarme si queríamos tocar. Me dijo que tenía ganas de que nosotros tocáramos en River en diciembre. “Esperá que lo pienso”, le dije (se ríe). ¡Más bien que queríamos! Fue un momento que no podía creer. Caí días después y lo llamé de nuevo para agradecerle. Sin importar si tocás como banda invitada o como banda principal, es un flash. No muchas bandas pueden tocar en estadios. Nos está ayudando a dar un paso groso. Todas las bandas quieren en algún momento tocar en algún estadio  y que te den la oportunidad está buenísimo. Nosotros estamos recontra contentos. Me enteré la semana anterior a La Trastienda (recital del 25/09). Todavía no lo podía contar: tenía muchas ganas, pero no era el momento. Igualmente estuvo bien no decirlo porque así cada cosa tuvo tu propia repercusión.

-¿Cómo fue el momento en el que le contaste al resto de la banda?

-No lo podían creer. Jorge, el baterista, que es súper ansioso, estaba caminando por los techos, era “Spiderman”. La Beriso tiene su propia historia, su propio mambo, y es la primera vez que van a hacer un River. Están con su propio flash, no sé si ellos se dan cuenta de la gran ayuda que nos dan. Yo siempre digo que a LPQLP la conoce el 10 por ciento del público del rock que la podría conocer, y esto es un empujón fuerte. No quiero decir que al otro día todo cambie, pero es un punto más en un proceso de desarrollo que está bueno.

-¿Cómo se arma la lista para el recital más importante de la banda hasta ahora?

-Es como la selección, llamás a los once mejores. Vamos a meter en la lista las mejores canciones que creemos que son para salir a mostrar en un show como éste. Nos gustan todas las canciones pero uno siempre dice: “Me gusta este tema por la letra, por lo que transmite, por la energía de la canción”. Y vamos a hacer una lista con las que nosotros consideramos que generan cosas, las que nos gusta tocar. Son una serie de cuestiones que hace que elijamos esas canciones. Por ejemplo, “Esa gente” la elijo siempre, en todo tipo de circunstancias. Me gusta la canción, me gusta lo que genera en la gente, cómo se la canta, lo que dice, lo que cuenta. Me parece que dice muchas cosas que están buenas. Cuenta el sacrificio de las bandas de rock para poder llegar a vivir de la música.

-¿Cómo es la relación con La Beriso? ¿Lo conocés hace mucho a Rolo?

-El otro día estábamos intentando acordarnos cuándo fue la primera vez que nos vimos. El momento cero no me lo acuerdo, sé que fue hace alrededor de seis años. Nos conocemos desde antes de que La Beriso fuera ultra conocida y explotara. Éramos dos bandas del under. Nos invitábamos mutuamente, compartimos muchas fechas juntos. Se fue generando una amistad, buena onda. Nos gusta la manera en la que laburan ellos y a ellos les gusta la manera en la que laburamos nosotros. Tenemos mucho en común: La Beriso sufrió el ninguneo de los medios, hubo grandes radios que no transmitían sus canciones, no les daban bola y hoy los van a buscar a todos lados. En ese sentido, me siento identificado. Mucha gente les dio la espalda y hoy, por el lugar que ocupan, van detrás de ellos. Por eso, cuando Rolo dijo, en una radio, por qué invitaba a LPQLP, comentó que tras muchos años de laburo lo merecíamos. Me gustó escucharlo de su boca, así la invitación toma más valor aún, porque no es que te invitan por ser amigos, más allá de la buena onda y de la amistad, hay un motivo. Él considera que es un premio al esfuerzo y eso está bueno.

-Sabiendo tus preferencias futbolísticas, si hubieras podido elegir, ¿elegías tocar en River o en Boca?

-¡Mirá la pregunta que me hace este muchacho! En Boca no hay muchos recitales de rock. Obviamente me muero por tocar en Boca. Yo vi a Los Piojos ahí y me partió la cabeza. Los Piojos, que es la banda que más seguía yo, en Boca, que es el club del cual soy hincha, fue un cóctel emotivo. Igualmente creo que River, sin contar lo futbolístico, es la Meca del rock, es más simbólico su estadio en el rock. Las bandas que se consagran tocan en River. Mi sueño es tocar en un estadio y yo añoro tocar en Boca, pero River es la Meca del rock a nivel de estadio. Yo ahí vi a los Redondos, a Serú, a Los Piojos, a Soda.

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La banda que conduce Amarilla será telonera de La Beriso el 17 de diciembre en el Estadio Monumental ante más de 50 mil espectadores. (Twitter)

-Cuando anunciaron la fecha que iban a tocar con La Beriso, vi que algunos comparaban a LPQLP con Mascherano, que debutó primero en la Selección y después en River. Y ustedes debutan en River antes que en el Luna Park.

-Son cosas que pasan y está bien. Después dará menos vértigo cuando se haga el Luna Park. Está buena la comparación, me reí cuando lo leí. Entre nosotros hacíamos ese chiste: “Ningún Luna, vamos directamente a River”. Es una comparación simpática.

-Hace poco el Sindicato Argentino de Cantantes (SAC) cumplió un año, ¿Vos estás desde el principio en el SAC? ¿Cómo surgió la idea de formar un Sindicato?

-Realmente cómo surgió no me acuerdo, porque la armaron entre Pato Yakuza y Mati, de “9 menos cuarto”. Me parece que surgió con la idea de unir a las bandas y hacer un poco de fuerza contra todas las cosas que ocurren que no nos dejan del todo contento, tanto en difusión, como en lugares para tocar. Fue para hacer fuerza contra algunas cosas que creemos que son injustas del sistema. Creo que está bien, es estar en contacto un poco entre todas las bandas, intercambiar información, pasarnos data para evitar los problemas que suelen ocurrir en los shows. Me costó al principio ver más allá, y creo que todavía no se le terminó de encontrar la vuelta ni una mejor utilidad al SAC. Creo que se le puede sacar mucho más provecho del que se le está sacando ahora.

-¿Creés que las problemáticas se dan, en cierta forma, por la política de hoy en día?

-No, no creo que tenga que ver. Yo creo que viene desde antes del cambio coyuntural, hace tiempo es lo mismo a nivel difusión, lugares.

-En torno a esto, ¿lo ves muy cambiado al under respecto de unos años atrás?

-No, yo no veo mucho cambio. Hay lugares que se cierran, otros que se clausuran y algunos que se abren. Se han clausurado lugares este último año, pero también ocurría antes. Había abusos de parte de lugares antes, como los hay ahora. Hay medios que cuesta que te difundan, desde hace bastante. Creo que en eso no hay cambios.

-En un Cosquín tocaste “Ídolo”  y se lo dedicaste al ex manager de LPQLP, ¿Cómo fue la historia?

-Siempre se hacen alusiones, se inventan cosas. Lo que conté en ese momento fue que el tema “Ídolo” estaba dedicado al ex manager de la banda, que nos cagó plata a nosotros y a De La Gran Piñata. Lo que hacía era conseguir para tocar en La Trastienda, y si salía diez lucas, te la cobraba veinte. Colegiales, que lo hicimos mil veces con él, salía doce y él te la pasaba 25. Bueno, lo que pasó en su momento fue que estábamos en San Telmo, se me acercó Pali, el manager de La Piñata, con quien teníamos una buena relación y me pidió hacer un recital juntos. Hicimos uno en Colegiales y nuestro manager produjo la fecha. Nosotros confiábamos plenamente en el chabón, y lo que sucedió fue que el tipo pasó el precio que nos pasaba siempre y la gente de La Piñata descubrió que había un sobreprecio, del que nosotros no nos habíamos enterado nunca. Este tipo con el que estuvimos laburando durante dos años y medio, nos había estado estafando siempre con las producciones que hacía él. Yo le dediqué “Ídolo” a él porque fue un ladrón.

-Estamos cerca del santuario de Cromañón, ¿cómo fue para ustedes crecer en el mismo momento que ocurrió la tragedia?

-Fue muy difícil. Nosotros veníamos de ganar el Bombardeo del Demo en la Rock and Pop, un ránking en el que los oyentes votaban a su banda favorita. A todas las bandas les representaba un gran salto. Y ese momento se vio muy opacado por lo que había pasado en Cromañón. Se apagó todo el rock argentino. Siempre cuento que en lo personal, en lo que refiere a LPQLP, fue haber retrocedido diez casilleros. Para lo que representa el rock argentino fue una cagada obviamente, fue un momento de mierda. Nos costó salir a tocar de nuevo. Fuimos a tocar a Cosquín, pero estuvo totalmente opacado por lo que pasó en Cromañón.

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La banda formada a fines del 2000 en el barrio de La Boca hoy vive su mejor momento. (Twitter)

-¿Te acordás que estabas haciendo aquel 30 de diciembre de 2004?

-Sí, habíamos ido a comer para festejar lo del Bombardeo del Demo. Le ganamos el lugar a El Bordo y fuimos a festejar a una parrilla con tres pibas que iban a mirar a LPQLP desde que arrancamos. Las invitamos a comer, y estaban en la disyuntiva, no sabían si ir a comer con nosotros o ir a ver a Callejeros. Fueron a comer con nosotros, así que estábamos en la parrilla comiendo cuando empezamos a ver lo que estaba pasando en Cromañón. Las pibas se pusieron a llorar, nos abrazaban porque podrían  haber fallecido ese día. Obviamente ahí se terminó todo el festejo, ya no había más nada que festejar. Pero lo grosso fue al otro día, porque ahí uno no se dio cuenta de la gravedad. Al otro día ver casi doscientos muertos fue “heavy”.

-La Perra Que Los Parió, con respecto a las cosas que impactan en la sociedad, tiene varios temas que hablan de eso, “Despierta”, “La caterva”, “Tanto bicho”.

-Tratamos siempre de dejar un mensaje, un contenido. De comprometernos con algunas cosas. Yo siempre digo, cuando tocamos por una causa, que no importa si tocamos nosotros o no, está bueno que la gente esté. En ese tipo de shows no me interesa que vayan por la banda, me interesa que vayan por la causa. Y que se interioricen de por qué están ahí. Me ha pasado tocar en una plaza por Mariano Ferreyra y que  la gente que estaba ahí no supiese quién era Mariano. Eso no está bueno.


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