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A oscuras

Barrios completamente a oscuras en los que el silencio es tal que asusta. Calles desiertas en las que la visibilidad no es más que la que alumbran las luces del auto y que, por esa misma razón, son pocos los valientes que se animan a transitarlas. Casas donde parece que todos ya se durmieron. Y, principalmente, frío. Mucho frío.

La mayoría de los hogares del partido de José C. Paz que sufren los cortes de luz (ahora también en invierno), no cuentan con gas natural, por lo que más allá de la falta de iluminación, el frío se convierte en el protagonista cuando la única calefacción posible necesita de electricidad. Las familias se acostumbraron a cenar varias veces por semana a la luz de las velas y no precisamente para darle un tinte romántico. “Nos bañamos todos rápido, los chicos hacen la tarea y cargamos los celulares antes de las 19”, señala Mónica, vecina de Barrio Alberdi. Es que precisamente en ese horario, los sorprende un corte de luz (o ya no tanto) y recién a las 4 ó 5 horas regresa.

Además de la luz, del frío y del aburrimiento causado por la falta de electricidad, un testimonio recurrente es la preocupación por la falta de agua: “Nosotros tenemos agua de pozo, necesitamos una bomba o un compresor para cargar los tanques y sin luz es imposible”, sostiene Jorge, del barrio Santa Rita. Los vecinos que tuvieron la suerte o precaución de llegar al corte de luz con agua en los tanques, no dudan en brindar su ayuda a los que no tuvieron esa fortuna. Muchas veces cuando el corte dura más de lo esperado y las familias amanecen aún sin luz, se observa cómo los vecinos cruzan de casa en casa transportando baldes cargados una y otra vez.

En los rostros predomina la desesperanza y la resignación. En las casas ya no se miran las novelas de la noche y, si hay partido, habrá que buscar un familiar con luz o un bar. Se están acostumbrando. Aseguran no recibir respuestas más allá de la trillada frase “Nivel muy alto de consumo” y las protestas ya les parecen en vano. Mientras pagan las consecuencias de la falta de inversión, se preparan para un verano con suministro intermitente, y con largas noches de calor.


Autores

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Nacida en Capital Federal pero habitante toda su vida de José C. Paz, se considera dentro del 2% que no reniega de ello. Estudia comunicación hace poco más de 3 años y afirma que -dentro de su inseguridad- es de las pocas cosas que se encuentra muy segura en la vida. Siempre le parece un buen momento para ir al cine o para ver una serie. No discrimina, para ella todas merecen una oportunidad. Se describe como una fanática del café y de hacer todo a último momento, porque así, las cosas siempre le salen mejor. Reniega de su obsesión por explicar las cosas mil veces solo por las dudas y sueña con algún día vivir en el campo, pero con WI-FI para mirar sus series, obviamente.