“Match” para toda la vida
El éxito de Tinder. El tabú de las aplicaciones virtuales para citas o encuentros se va despejando día a día.
Habían acordado encontrarse a las 10 de la noche en un bar de esos que los jóvenes saben frecuentar hoy en día: cervezas, papas fritas, un poco de música ambiente y no mucho más.
Él decidió, porque se tomó su tiempo para pensarlo, ir vestido de manera casual, eligió unos jeans claros, una remera clásica y unas Vans un poco sucias pero que le daban cierto encanto a su estilo. Ella por otra parte optó por un look de noche de invierno, un pantalón ancho, remera blanca, y un gran abrigo y se preocupó bastante por su maquillaje.
La cita no fue trascendental —o así se veía — una cena simple, varias copas de cerveza y la charla que no se movía de preguntas que permitieran conocer un poco más del otro.
Juan y Victoria habían instalado Tinder en junio de 2014, tuvieron su primera cita el 16 de julio, después de haber “matcheado” 3 semanas.
Tinder es la punta de lanza del mundo de servicios para corazones solitarios y sus creadores afirman haber identificado en cinco años más de 20 mil millones de compatibilidades entre personas, unos 26 millones por día. La aplicación se conecta a Facebook y se integra con Instagram y Spotify.
Sin embargo, el récord de antigüedad en el universo de las aplicaciones para citas se lo lleva Match.com. Fue fundada en Texas y cuenta con presencia online desde 1995.
La plataforma Tinder inició en los campus universitarios del sur de California y su lanzamiento oficial fue en septiembre de 2012. Desde entonces se instaló en 196 países, fue traducida en 30 idiomas, y acumula diez billones de match. Todo un titán. Como no podía ser de otra manera y sin quedarse con las ganas de un primer puesto, Estados Unidos lidera el podio de las naciones que más utilizan la app, seguido por Brasil e Inglaterra. Argentina es el segundo mercado más grande en América del Sur.
Las personas que se conozcan por Tinder pueden ver los gustos de cada uno, sus intereses y quienes son sus amigos de Facebook. Los algoritmos de la aplicaciòn administran el catálogo del amor, permiten ver qué personas están dentro de los parámetros de edad, género y distancia geográfica seleccionados por cada usuario.
Yo no necesito una aplicacion para levantarme a una mina, pensaba, pero qué fácil se convence uno cuando los amigos consiguen una cita cada fin de semana, o tal vez dos. A mediados de junio de 2014 decidí sumergirme entonces en el mundo de las citas virtuales, tan simple como 6 o 7 clicks para estar adentro. Mi pulgar empieza a definir, moviéndose para la derecha si la chica me atrae o para la izquierda si es lo contrario. “Los prejuicios se filtran pero me divierto”, pensé. Todo fue porque a los pibes le daba frutos, más que nada encuentros casuales, para coger.
Tinder tiene un funcionamiento bastante simple. Aparecen fotografías de personas a las que se puede dar “me gusta” o “no me gusta”. Después, si una de las personas que nos gustó ve nuestras fotos y también le gustan, se produce una unión —”match”—. A partir de ese momento, esas personas pueden empezar a comunicarse a través de mensajes de texto, o no, porque también es todo un tema saber quién arranca la conversación.
A pesar de no haber tenido expectativas sobre la plataforma más que “sexo casual, rápido o algo efímero”, después de esa primera y única cita concretada en Tinder me sentí como un nene al que le duele la panza y aparecieron esas famosas mariposas de placer.
Nuevo negocio para Facebook. Su interés en el mercado de las aplicaciones de citas online se hizo público en la conferencia anual de desarrolladores del grupo, la F8, que se llevó a cabo en San José (California, Estados Unidos) a principios de mayo. “En Estados Unidos, un matrimonio de cada 3 nace gracias a una cita on line. Y nosotros aún no hemos impulsado una herramienta para el dating”, dijo Mark Zuckerberg, un campeón si de competir se trata. Solo en Estados Unidos, la facturación del “dating online” es de 2.200 millones de dólares. Nada despreciable para el creador de Facebook si se considera que se espera un crecimiento de 100 millones por año hasta 2020.
"Esto va a ser para construir relaciones reales a largo plazo, no solo aventuras", declaró Zuckerberg en la conferencia anual de desarrolladores de la empresa. Todos ya sabemos que Facebook guarda una enorme cantidad de datos sobre sus usuarios: gustos, pasiones, miedos, experiencias, viajes y mucho más. Por esta razón, es fácil entender que la capacidad del algoritmo para crear “matches” exitosos es muy alta.
Preferí llegar tarde a la cita, así podía pispear el ambiente y de ser necesario, desaparecer. No me gustaría que me juzguen por eso. Sabía que no todo iba a salir como en la novela gracias a la cual fue que conocí esta “app”. No la conocía antes de descargarla. Pero a comparación de las protagonistas novelescas, solo quería charlar, pasar un poco el rato, divertirme en resumidas cuentas pero en ningún momento se me pasó por la cabeza encontrarme con alguien. No confío en mí sombra así que menos podía hacerlo con una aplicación que acababa de conocer.
Vi a mi cita ubicado donde habíamos acordado. Es más alto de lo que pensé, genial. No me pareció correcto hacer muchas preguntas con respecto a la altura y mucho menos sobre el peso, me alcanzó con ver sus fotos, aunque admito que lo supe “stalkear”, lo que me dio un poco más de seguridad.
El asunto con Tinder es que creí que era totalmente artificial. A diferencia de conocer a alguien en una fiesta o a través de amigos, una cita de Tinder no brinda muchos temas en común. En una fiesta, siempre se puede seguir hablando con esa persona si nos gusta o se puede ir con alguien más, si no. En una cita, una se queda atrapada. Antes de llegar había pensado en alguna excusa en caso de necesitar escapar.
Tinder es un caso de éxito. Con tan solo 6 años en el mercado, la aplicación está más que valorizada y posicionada en los usuarios de móviles. Y hay claves para esto.
En el marco de RD On The Road Bogotá, un encuentro de Marketing Digital y ventas en Latinoamérica, diseñado para profesionales y empresarios que quieren conocer más sobre el mercadeo digital y tendencias, Andrea Iorio, director de Tinder para Latinoamérica compartió los puntos clave para triunfar en el campo digital. La aplicación entró al mercado rompiendo imaginarios. No es solo unir a una persona con otra. Según Iorio, todo parte de la flexibilidad cognitiva: “Es indispensable para el mercado actual que la cabeza se transforme para entender varias áreas del saber”.
Sin embargo, para entrar en el mercado y romper los paradigmas existentes, según Iorio, no es necesario innovar, entendiendo el término como la creación de algo nuevo. El desarrollo y objetivo debe estar centrado en la capacidad creativa de darle solución a los problemas diarios. ¿Dónde más podría ser utilizado Tinder sino en la vida cotidiana?
Los creadores de la app centraron su investigación inicial y desarrollo en lo que Iorio denominó “ser un especialista de comportamiento humano”. Es decir, la aplicación nació luego de estudiar y entender factores sociales y cuestiones personales de los usuarios. También se tuvo en cuenta, la percepción de marcas o el aumento de compra de dispositivos móviles.
Iorio recalcó el papel que tomaron las tecnologías frente a las barreras sociales. Según él, actualmente vivimos las relaciones a mayor escala. Cabe aclarar que aunque destacan que el centro de la aplicación es la persona y sus experiencias, es indispensable contar con un plan que genere una viabilidad financiera.
— Sé que Tinder tiene otros fines, como los encuentros casuales, sin embargo estoy en pareja desde hace 4 años… porque todo fue más romántico. ¡Me enamoré!, dijo Juan.
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