Teresa Parodi: «Es momento de reencontrarme con la música»
La cantautora argentina y ex Ministra de Cultura de La Nación charló con De Lirios y Hurones sobre su reencuentro con la música, el Gobierno de turno y la situación de la cultura en la actualidad.
- Desde muy chica se sintió música y lo expresó ante sus padres, ¿cómo surgió esa inquietud tan repentina? ¿Se imaginó alguna vez que tendría este gran reconocimiento actualmente?
-En mi casa la música era muy importante, teníamos bibliotecas y libros de grandes autores argentinos, latinoamericanos y del mundo, también una gran discoteca. Mi padre era un gran amante de la música, con mucha convicción y pasión. La verdad es que desde niña, tanto a mi como a mi hermana, mi papá nos hacía leer libros de grandes autores, comentarlos con él, y también escuchar canciones en silencio, casi religiosamente. Sobre todo música clásica y erudita. Cuando él se dio cuenta que me gustaba, empezó a fomentarme los gustos, en base al folkrore. A partir de ahí empecé a pedir que me regalaran una guitarra. Apenas mi abuela Emilia lo hizo, comencé a tocar y afinar de oído, también escribir. Nunca más me desprendí de ella. Lo tomó como una vocación propia y una decisión. Por esto también más allá de ser maestra, profesora y ejercer otras profesiones nunca dejé de cantar.
- Ha editado más de 23 discos propios, ¿con cuál se quedaría y por qué?
-Como bien decís hay muchos discos, incluso más de los oficiales, porque algunos se quedaron allá en mi provincia y otros no pasaron de ser cassettes. Pero en cada uno de ellos guardo canciones entrañables que para mi eran muy importantes plasmar, dejar grabadas y dar constancia de esas canciones. Siempre hice mi trabajo de autora y compositora tratando de reflejar la historia, las raíces y el comportamiento de las personas desde los diferentes lugares.
- ¿Y si tuviera que elegir una canción cuál sería el motivo?
-Por ejemplo, Apurate José, que es una descripción de las inundaciones en Corrientes, no solamente intentaba decir eso, sino dejar en claro la relación que tiene la gente allí con el río, con sus buenas y malas. Esa historia nace cuando una mujer me cuenta como había huido de ese río y las pocas cosas que había podido salvar. Una expresión tan desgarradora y tan perfecta que a mí me entró en mi corazón e hizo que escribiera sobre eso. Tratando de crear en esa canción el clima que se vive cuando la inundación azota al pueblo, pero que después inexorablemente no les permite desprenderse de ahí porque es su lugar en el mundo. Por eso, van a volver a tener relaciones amorosas con él, más allá que les traiga por momentos dolor y muerte. Ese fue mi trabajo más apasionado, ver hasta donde era capaz de contar en tres minutos una historia tremenda como esa. Al mismo tiempo yo misma tomar distancia y ver lo que había escrito. Esa canción creo que marcó un momento muy importante en mi historia de compositora.
- En esa línea también se me viene a la cabeza El Otro País…
-Quizás mi canción más medular y central es El Otro País. Cuando yo puse ese nombre todos me preguntaban por qué. No es el país del interior. O sí, del interior de nosotros mismos. Porque uno puede estar en Buenos Aires y pensar en el otro país. El único donde se puede concebir un proyecto político nacional, diferente al que tenemos en la actualidad que busca imitar cosas de otros países. Hay que desarrollar lo regional para poder crecer todos juntos por un mismo objetivo. Es como la madre de mis canciones. De esa canción salen todas las que mencioné anteriormente. Porque van a buscar proyectar esas cosas desde otros lugares con cierta mirada política.
- En su carrera como cantante compartió escenario con diversos autores, ¿hubo alguno que le genere más admiración que otro?
-Tengo la suerte de pertenecer a una generación fabulosa de grandes músicos, escritores y compositores con los que he compartido mucha vida. Quizás la generación anterior a la mía, donde está Mercedes (Sosa), (Alfredo) Zitarrosa, Chico (Buarque) y Chabuca (Grande). Vengo como siendo la generación que toma, junto a (Raúl) Carnota y Víctor Heredia, esa herencia y parte de ahí. Con un techo alto. No hay uno encima del otro. De todos ellos aprendí algo.
- ¿Cuáles considera que fueron sus maestros en la música?
-Violeta Parra y Zitarrosa fueron dos grandes maestros de la composición que tuve. Sin que me hayan enseñado nada concretamente. Fueron mis maestros naturales, por elección y similitudes políticas. Aprendí mucho de ellos y bebía sus canciones. Era como un alimento para mí. Lo mismo con la maravillosa obra de (Atahualpa) Yupanqui y de (Manuel) Castilla, donde los hombres y mujeres son protagonistas de las canciones. Ellos hablan concretamente de personas, donde aparecen los personajes y las descripciones detalladas. Por ejemplo, Juan Riera, que tenía una panadería y todas las noches dejaba la puerta abierta antes de dormir. Era una persona amada por sus vecinos.
- Allí la forma de hacer música y el sentimiento...
-Claro, cuando uno se mete en las historias uno aprende. No es una belleza superficial, sino honda. Elevan la música que hace el pueblo. Toman de esa fuente pero desarrollan de tal manera con conocimiento y herramientas sabias. Hacen que la música florezca de un modo extraordinario con la que generaciones van a aprender si se meten con ella. Esa manera de hacer canciones, talento, sabiduría y búsqueda de la belleza profunda de lo que queda para siempre es lo que trato de trasmitir. ¿Qué es lo que queda para siempre? Lo que conmueve. Como te vas a olvidar de Juan Riera si era un hombre que dejaba la puerta abierta antes de dormir. De esos autores uno debería tomar la esencia si decide hacer música. Por supuesto que hay otras elecciones de hacerla pero yo elijo esa.
- ¿Cómo percibe la política en la actualidad después de un cambio en la presidencia? ¿Qué cuestiones cree que han sido modificadas al respecto?
-Hay en pugna dos modelos de país. No se termina de decir esto en forma concreta. Pero que fácil sería para todos y esclarecedor que se enfrentaran de verdad estas dos maneras de pensar al país, sin tiros por elevación para destruir lo que se hizo como sucede actualmente en la Argentina. Hoy el proyecto político que ganó está defenestrando al otro de todas las maneras posibles. Además ganó con un discurso y gobierna con otro. Había entendido que la gente quería un cambio pero no todas las políticas que ellos pretendían instaurar de verdad, entonces se había perfilado como un proyecto que apañaba lo hecho anteriormente y que buscaba cambiar otras cosa. Pero cuando ganó automáticamente se desdijo, decidió gobernar de forma neoliberal y eliminó todo lo hecho, sin siquiera pensar si se habían hecho bien o no.
- ¿Qué opinión tiene de Pablo Avelluto, su sucesor, y su gestión en el Ministerio de Cultura de La Nación?
-Sé poco lo que se está haciendo en el Ministerio de Cultura. Lo que sé, que fue muy notorio, es cuando echó a todo el mundo. La justificación había sido que era mucha gente. Pero claro, si vos querés achicar el Estado y cerrás todos los programas que se hicieron, es obvio que te va a sobrar gente. Lo llamativo es que echaron a muchos pero ahora hay más directivos. Entonces hay más caciques que indios y las reglas del juego parecen ir para otro lado. Nosotros estábamos llenos de actividades en todo el país, eso había tenido un desarrollo y una estructura tremenda. Incluso una distribución del presupuesto correcta y se había dejado todo listo para el próximo ministro. Pero bueno, se cerraron todos los programas, de inclusión quedan muy pocos. Y no tengo muchas noticias de qué es lo que se hace hoy. Sí, fue noticia, y mucho, en los diarios, como se despidió a la gente. De una manera abrupta, agresiva, con listas y en la puerta del Ministerio. Creando una situación verdaderamente angustiante para la sociedad y estigmatizando a los trabajadores como "ñoquis". Diciendo que eran empleados que solamente estaban para hacer propaganda política, descalificando al militante, a la política, y por supuesto diciendo que no cumplían ninguna función en el Estado. Una mentira absoluta.
- ¿Y sobre los dichos de Darío Loperfido, sobre los desaparecidos que le valieron su renuncia como Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires?
-Como todo el mundo he repudiado claramente desde el primer momento los dichos del ahora ex Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Cada vez redoblaba la apuesta y era mucho más repudiable. Bueno, la sociedad en conjunto fue protagonista de su renuncia. No solo los artistas, el pueblo en general, salió a repudiar y a exigir su renuncia. Una concepción totalmente errada, pero fundamentalmente una agresión a los organismos de derechos humanos, que son un ejemplo en el mundo de su lucha constante.
- ¿Cree que la llegada de Ángel Mahler a ese cargo cambiará en algo?
-Está clara cuál es la política. En la Ciudad de Buenos Aires la mayoría de los teatros están cerrados, incluso se han cerrado muchísimos Centros Culturales y programas. Me parece que es una decisión de un proyecto político de país que es el que hoy nos gobierna. Entonces está por encima de las personas que ocupan esos cargos. Por eso no creo que cambie en el sentido que el Estado tenga una función determinante en los espacios culturales. Lo que no quiere decir que no haya personas fuera de él que busquen construir sus propios espacios para reforzar la cultura y a través de las artes el pueblo vaya floreciendo por sí mismo. Ahora, desde el Gobierno lo veo difícil.
- Tanto en su obra como en su carrera política se ve reflejada su lucha por el lugar de las mujeres en la sociedad, ¿cuál cree que son los desafíos de la mujer en el presente?
-La mujer ha tomado su rol hace mucho tiempo. Es protagonista en lo político, en la educación, en la cultura y en todos los espacios. Hace mucho tiempo que las mujeres son delanteras y presentan batalla con fuerza, cada vez más. No en vano tuvimos una presidenta mujer de la que se va a hablar para siempre en la historia. Por su inteligencia brillante, su capacidad estadista y su coraje para enfrentarse justamente a las grandes corporaciones, medios y al poder judicial. En defensa de los intereses de la Argentina con políticas claras en soberanía e independencia económica. Y que sigue siendo la conductora de todo este movimiento extraordinario que existe hoy en la Argentina. No solamente ella, también las Madres de Plaza de Mayo, que marcaron en forma definitiva una manera de lucha, de denuncia que hizo que el mundo entero se diera cuenta lo que pasaba aquí y que en parte nos devolvieron la democracia. También la figura de Milagros Sala, que está presa por pertenecer a este espacio político y por defender a los suyos, por su color de piel, por su coraje para llevar adelante todas las tareas necesarias para que se respete a su pueblo. Por haberse puesto en contra de cuatro empresas de Jujuy que se molestaron porque les tocaron sus intereses. Una presa política en Argentina. La verdad que estamos en un país que tenemos grandes mujeres, ni hablar de Eva Perón.
- También en América Latina…
-Sí, incluso en un momento determinado en América eran presidente tres mujeres: Dilma, Bachelet y Cristina. Obvio, que también en otras partes del mundo y representando a otros modelos hubo mujeres muy fuertes. Sin embargo, la cuestión de género va a seguir existiendo en la sociedad y hay que seguir luchando. Es verdad, existe la violencia de género, es terrible eso, no ha terminado. La marcha del ni una menos creo que fue un hecho extraordinario, social y político en la Argentina, cultural también, profundamente cultural. Y esa lucha no se detiene, porque todavía hay que pelear con una sociedad misógina y machista que no termina de aceptar. Pero de todas formas me parece que ha habido grandes cambios, por ejemplo era impensado en esta Argentina misógina, una mujer fuera Presidenta, que estuviera ocho años y que se fuera con la Plaza de Mayo llena como se fue. El único caso en la política que recuerdo así.
- ¿Cree que Cristina puede ser la líder de una oposición al Gobierno actual?
-Es la líder de la oposición. La que conduce este movimiento que quedó vivo y muy politizado. Que logró que gente se reúna en las plazas para defender los derechos que recuperamos y que nunca habíamos tenido pero que los hizo posibles. Es la conductora de ello y además es la personalidad política que tiene más convocatoria, injerencia en el pueblo a nivel nacional y en toda América. Es respetada como gran estadista en todo el mundo y la que dice en forma brillante cual es la diferencia entre un proyecto político y otro. Su palabra es siempre importante. Hace pocos días dio una cátedra en el Calafate, de historia, de políticas económicas, de todo. Basta escucharla para ver qué es lo que está pasando y comprender que es lo que están haciendo hoy. Pero hay mucha convicción de este lado y la historia se encargará de poner en su lugar algunas fichas que están mal puestas en este momento.
- Después de estos últimos años más apegado al rol político, ¿cree que es tiempo de reencontrarse con la música? ¿Qué proyectos tiene sobre esta cuestión?
-Sí, de hecho he vuelto de lleno. Tengo una agenda pautada muy linda y completa. Por lo pronto hice una serie de conciertos en el club de música Torquato Tasso y el ND Ateneo en la Capital Federal. También estoy preparando material para el nuevo disco y un trabajo con Cecilia Todd sobre canciones del continente, compartiendo la historia y la memoria de América Latina. En noviembre haremos encuentros aquí, en América y en el interior también sobre eso. Estoy en la búsqueda también, de participar en encuentros de músicos, por eso voy a asistir a un festival importante en Uruguay con Ana Prada. Para más adelante además quiero volver a cantar en lugares pequeños y desechar los grandes megaconciertos o festivales. Buscar la intimidad de la canción con la gente. Ya lo hice en un momento de mi vida, a la extrema inclusive de que hacer conciertos sola con mi guitarra. Ciclos que para mí fueron muy importantes. Quiero elegir bien los espacios donde quiero conectarme con la gente y con la música. Más en carne vida, directa, cercana y en contacto con el otro. Eso necesito como autora y como cantora, tener vínculos más concretos. Es una necesidad y una búsqueda propia, no hay otra razón.
Teresa Adelina Sellarés conocida como Teresa Parodi nació en Corrientes en 1947. Es considerada una de las figuras más representativas de la música del litoral y del folklore de nuestro país. En su trayectoria compartió escenario con grandes artistas, entre ellos Astor Piazzolla, Mercedes Sosa y León Gieco, entre otros. Antes de convertirse en un compositora y cantante, fue maestra. Grabó su primer disco en 1980 con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Provincia de Corrientes. De la docencia, a la música y a la política.
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